Manfred sacude al beisbol, otra vez

Manfred sacude al beisbol, otra vez

No todo lo que resulta inolvidable representa, en sí, una buena experiencia. El deporte está repleto de momentos que han marcado un antes y un después y se mantienen vivo en el tiempo, siendo -claro está- bueno para algunos y desastroso para otros, es inevitable, siempre hay un héroe y un villano. En esa delgada línea, entre lo bueno y lo malo, anda el Comisionado de la Grandes Ligas, Rob Manfred, que sin lugar a dudas quedará en la historia como el hombre que cambió la esencia del beisbol profesional.

Desde su llegada en 2015 Manfred no ha parado de modificar el juego para hacerlo más rápido y, claro, más comercial. Siempre sus ideas causan una gran revolución y extensos debates en la afición, que pese al disgusto no ha podido evitar que el negocio cambie. Entre sus decisiones más polémicas están que para los boletos intencionales no fuese necesario hacer los cuatro lanzamientos malos, algo que le quitó a los bateadores la posibilidad de sorprender al pitcher. Está también el reloj que acabó con todas aquellas rutinas o cábalas que mostraban los jugadores antes o durante sus turnos. Y los “corredores fantasmas” durante los extrainnings.

Manfred ha hecho también cosas muy buenas, ha apoyado la presencia femenina en los cuerpos técnicos y altos cargos gerenciales, y amplió el número de equipos que llegan a postemporada para disputar series decisivas. Pero son sus polémicas lo que más protagonismo le han dado y le han dificultado aquello de ser querido por todos. Le acusan reiteradamente de cambiar la esencia de la pelota y cada vez que las aguas parecen estar tranquilas, él aparece con una nueva polémica.

Y esta vez el turno es para el “Golden Turn-Bat” o turno dorado. La teoría supone que los equipos tendrían por un juego la posibilidad de sustituir a un bateador y no trayéndolo de la banca, sino saltándose el orden del lineup. Eso supone que si en un determinado momento el equipo tiene las bases llenas y el turno corresponde al noveno bate, este podrá ser sustituido por algún jugador de la parte media, el cuarto o quinto en el orden.

El comisionado explicó que esa y otras reglas están apenas en etapa de discusión por lo que no todos los detalles están resueltos. Pero eso no calmó a la afición, que en su mayoría expresó descontento y preocupación. Favorecerá o aumentará la presión sobre las estrellas y los bateadores de poder, disminuirá considerablemente la posibilidad de que existan héroes inesperados y se alterarán drásticamente los números de todos. Esas y muchas otras fueron algunas de las conjeturas de la afición en todas partes, porque si algo tienen claro es que si esta norma se aprueba en Grandes Ligas, será replicada en todo el continente. Y honestamente creo que la preocupación es válida, porque esta sí trastoca completamente la esencia del beisbol, sin vuelta atrás.

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