“Bartender, por favor, ¿cómo llaman este trago tan pequeño que me ha servido?”
“David y Goliat”.
“¿Y eso por qué?”.
“¡Ah!, porque es chiquito, pero te cae como una pedrada”.
“Un artista es cierta persona que trata de ser cualquiera, menos él mismo”… Anónimo.
“Ese actor tiene un gran problema: está muy enamorado de su esposa y los actores solamente deben enamorarse de sí mismos”… Myron.
“La mejor actuación de un actor en Hollywood, es cuando felicita al nuevo marido de la que era su esposa”… Joey Adams.
“Aquella actriz llevó a todos sus maquillistas y materiales, cuando iba a hacerse la foto para el pasaporte”… La Pimpi.
El pasajero ordenó al chofer del taxi amarillo en Nueva York: “Por favor, lléveme a El Muro de los Lamentos”.
Lo llevó al edificio del Impuesto sobre la Renta.
“No soy nada diferente a una persona que tenga dos brazos, dos piernas y cuatro mil 256 hits”… Pete Rose.
“Dicen que uno tiene que ser buen pelotero para tener buena suerte… Pero yo creo que uno tiene que tener suerte, para ser buen pelotero”… Pedro Martínez.
“El pelotero que se sienta primero para la cena, generalmente es el último en promedio al bate”… Jimmy Cannon (periodista).
“El secreto, para triunfar como mánager, es mantener al grupo de peloteros que te odia, bien separados de quienes están indecisos”… Casey Sengel.
“¿Por qué lanzar nueve innings diarios, si uno puede hacerse famoso y rico tirando solo uno o dos?”… Mariano Rivera.
“Las mujeres son un gran problema… El gran problema contra el cual más me gusta luchar”… Pacomio.
“Los esposos de las 100 mujeres mejor vestidas del mundo, nunca aparecen en la lista de los 100 hombres mejor vestidos del mundo”… La Pimpi.
Un venezolano se registraba en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York, cuando advirtió que, metros más allá, una hermosa muchacha lo observaba y le sonreía. Detuvo la operación, para ir a hablar con ella.
Regresó al registro y ordenó: “Voy estar en el hotel con mi esposa”. Y firmó por Mr. Y Mrs. Urdaneta.
A la mañana siguiente la joven se fue muy temprano. Y cuando, más tarde, Urdaneta se iba del hotel, le presentaron la cuenta por siete mil 590 dólares, con 80 centavos.
“¡Óigame!”, protestó, “¡ésto es mucho por una noche de hotel!”.
“Sí, señor”, le respondieron, “usted ha estado aquí una noche, pero su esposa ha sido nuestra huésped por durante un mes”.
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